Negro / Blanco
Sur
Al sur también me temblaron las rodillas cuando alguna vez, sólo alguna vez, me perdí embelesado, emborrachado, entre las selvas y los prados con olor a sus esencias…
Rayos y Rayos
Aquellos rayos de sol, cayeron sorpresivamente sobre mi cara al momento que me disponía escribir mis memorias. La ventanilla, vil ventanilla, era la culpable de tal atrevimiento. Quedé cegado por un breve instante y me dije a mí mismo:
-Éste, es el mismo sol que ilumina a todos los hombres del mundo, todos los días. –
O al menos eso dicen. Y aquel momento se convirtió en un lapso de completa lucidez, dentro de la completa oscuridad que estaba embargándome.
¡Gran ironía, por no decir sarcasmo! ¡Si supieran de dónde vengo! ¡Si supieran adónde voy!
No más me bastó con mirar hacia abajo y visualizar, al menos en imagen sensorial, los techos de papel, las paredes de cartón y las diminutas habitaciones, sin esperanza ni consuelo. Y yo aquí, en un sillón de cuero, comidas incomprensibles y brindis de majestades. Volando alto. Tan alto, tan alto, que casi toqué las estrellas y me consumí por completo, junto a ellas. El universo hizo de las suyas junto a las manos de Dios. Me acogió por completo en su seno. Y me regaló un eterno abrazo.
Rayos, centellas, estrellas…
Y yo.
Allí estaba yo: encima de la tierra, debajo del cielo. Extinto junto al último recuerdo de mi paso por el tiempo. Nunca alcancé a despedirme. Me inundó la tristeza, la desesperación. Mi corazón se deshizo por completo en llanto desesperado, enmudecido. Ahogado en colores blancos y negros, una lágrima resbaló por mi rostro. Grises. Quizás colores apasionados. La electricidad de un nuevo rayo me abarcó por completo. Desde el primer cabello, hasta la punta de los pies. Sentí ese golpe, abrupto, grosero, familiar, de terremoto interior.
¡Rayos!
Abrí los ojos. Aún no me muero. A lo mejor estoy despierto, otra vez. Y mi nueva mejor oportunidad de este día, se llama hoy.
:
Oro puro
«Dicen que el oro más puro se forja en el fuego más duro»
Aprehender
«Nosotros mismos somos quienes aprehendemos nuestra propia experiencia»
Causa
Muchas personas creen que porque intercambiamos puntos de vista espirituales o religiosos, es porque estamos dormidos y no estamos conscientes de lo que pasa en el mundo. Precisamente, ese es el meollo del asunto…
En resumen, es un hecho que causas las hay muchas… lo que hay que preguntarse es ¿cuál es una causa verdadera por la que valga la pena vivir, o al menos estar despierto?
Protegido: Los santos también lloran
Effatá
Un CuEnTiCo que habla de un letargo y profundo yo interno…
Él, todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos. Devuelve la vista a los ciegos. A los paralíticos, los envía de vuelta a su casa sobre sus propios pasos. Y a las momias vivientes, como yo, simplemente las mantiene en constante movimiento alrededor de un sentimiento de letargo, gracias a esos chispazos de aquel fuego vivo que proviene de un sacro e inmáculo corazón…
Inquisición…
Muchas veces, la inquisición es un movimiento telúrico dentro de nosotros mismos…
Árbol
Soy un árbol.
Y me quedo plantado en lo que creo…
No me cortes,
porque si acaso no hablo,
respiro y te hago respirar…
si acaso no siento,
presiento,
que el mundo está mal…
Jodido…
No es lo mismo decir «me están jodiendo» que decir «estoy jodido»
Clon…
Si me hago un clon: ¿Quién serás Yo, y, quién seré Tú?
-Etico Morales (2013)
Escritor
Escritores hay muchos y muy buenos…
Yo, solo me licúo junto con algunos de mis grafemas,
y termino vaciándome sobre cántaros planos.
Fe y Razón
En este punto me voy a poner sentimentalmente pragmático… pero con justa verdad, por no decir con justa razón.
Sí que se puede hablar de FE y RAZON al mismo tiempo. De hecho yo también razono mi fe. Y en efecto, lo primero hace más sólido lo segundo, aunque sean solo pastillitas para satisfacer el intelecto…
Ahora bien, tengo a mi haber una experiencia que es lo único que reconcilia y encaja perfectamente mi FE con mi RAZON.
De hecho ES, la RAZON de mi FE.–
PoLi-TiCo y PaTriO-TiCo
Juro
Yo te juro
que lo más seguro
es que algún día
partiré de aquí…