Leía un poema en el ciberespacio con título: «Dios ha muerto».
Interesantes líneas, por cierto. Las respeto, las tolero, pero definitivamente, no las comparto.
El poema declamaba en cada línea, interrogantes que probablemente surgen en momentos de angustia ante los acontecimientos del mundo. Aunque más bien creo que es por la limitación que algunas veces tenemos como hombres, para comprender el verdadero significadod de la Vida.
Luego de leerlo completamente, y leer la cadena de todo tipo de comentarios sucesivos, me entristecí mucho y meditaba, meditaba, meditaba…
¿Líneas cargadas de inspiración? ¿Líneas de confusión?
De manera contemplativa, empezaron a desfilar enfrente de mis párpados, imágenes noticieras.
Y, me surgieron otro tipo de interrogantes más pragmáticas.
¿Será que Dios murió? ¿O la raza humana decidió asesinarle?
¿Será la pobreza una consecuencia de un Dios muerto, o del ingenio del hombre en los sistemas «rapiñalistas»?
¿Serán las guerras otra consecuencia de aquello, o del egoísmo, y la carrera por el poder de las naciones?
¿Serán los hijos abandonados…*
¿Los sacerdotes corruptos…*
¿Los hogares destruidos…*
¿La historia humana…*
¿Será que Dios nunca nació [verdaderamente] en nuestros corazones?
¿Será que el hombre decide, divide, destroza, ¡se aparta! y luego no asume, con frente en alto, su verdadera responsabilidad?
En esta mini~reflexión, quisiera proclamar que…
¡Dios está Vivo!
Está en su Iglesia, en los que le aman, en los que le esperan, en los que le permiten una segunda oportunidad a la Vida, al amor, la esperanza, la caridad…
En los que logran entender que a pesar de que en Su Palabra Él nos dice a través de Mateo 7:8 «Pide y se te dará», no nos quedamos cruzados de brazos esperando que otros resuelvan los problemas que son de todos. Nos sentamos a pensar, decidir y por sobre todo actuar en cómo aportar un granito de arena a la causa de todos, por lo menos. En nuestros ruegos, no solo debiéramos pedir, sino que primero ofrecer:
Conversión… Propósito de enmienda…
Servicio… Caridad…
«Dejé de ser YO en el mundo, y pasé a ser Iglesia, dejándome guiar por la Mano Divina y Perfecta de Dios»
*Me niego a cerrar estas interrogantes...